Las coordenadas espacio-tiempo eran mágicas: el inmejorable escenario fue el Salón de Lectura de la BNE, que de manera extraordinaria rompió su silencio impenetrable. La fecha no podía ser más señalada: la noche del 22 de abril, en que se cumplían los 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes. A estos ingredientes privilegiados se añadió otro: un concierto de música contemporánea inspirada en el escritor y su legado literario, compuesta por seis de nuestros más destacados compositores –prácticamente todos presentes en la sala– que además incluyó cuatro estrenos de encargos realizados con motivo del centenario cervantino. El resultado fue una velada intensa, emocionante, y ciertamente memorable. Gracias a los compositores por su exquisita música: Tomás Marco, Benet Casablancas, Mercedes Zavala y Carlos Cruz de Castro por las nuevas criaturas que nacieron esa noche, pero también a Manuel Angulo y José Zárate por sus obras mayores en edad pero igualmente inspiradas en Cervantes.

Desde aquí, gracias a la BNE por volcarse de manera entusiasta con la organización del concierto desde el principio, a la Fundación de Amigos de la BNE, Fundación ACS, IV Centenario de la Muerte de Cervantes y, especialmente a Acción Cultural Española por su apoyo al proyecto.

Fue un lujo tener entre el público a tímpanos expertos como los del crítico y académico José Luis García del Busto, el director de orquesta y sabio José Luis Temes, o el compositor Miguel Bustamante. Gracias a éste último por su crónica del concierto:

“Estremada armonía. Cervantes en el piano contemporáneo’. Así se titulaba el concierto extraordinario que ofreció anoche la pianista Marta Espinós en el Salón de Lectura de la Biblioteca Nacional de España. Ciertamente fue extraordinario. Por la belleza y el encanto cultural del lugar elegido, que nos hizo olvidar su complicada acústica, y, sobretodo, por lo trascendente de lo proyectado y realizado por su protagonista: repertorio español contemporáneo inspirado y motivado por la figura de Cervantes, con nada menos que cuatro estrenos absolutos encargados por la propia pianista para la ocasión. Eran estos obras de Carlos Cruz de Castro, Tomás Marco, Mercedes Zavala y Benet Casablancas, que figuraban en el programa junto a otras anteriores de Manuel Angulo y José Zarate. Todos los compositores, excepto Benet Casablancas, que no pudo acudir, estaban presentes en la sala y pudieron disfrutar de la excelencia de la interpretación de Marta Espinós, quien no solo preparó las obras con sumo esmero, sino que las explicó previamente de palabra, como suele hacer siempre en sus conciertos. La notable variedad de estilos de los compositores y sus obras, desde un más reconocible y tradicional ambiente manchego de Manuel Angulo, pasando por la ensoñación claramente mompouiana de José Zárate, hasta las imaginativas propuestas más o menos vanguardistas de quienes estrenaban obras, fue recreada por Marta Espinós con total acierto. ¡Enhorabuena a intérprete y compositores, y a todos quienes hicieron posible un acontecimiento tan singular!”