LAS TREINTA CARAS DEL POLIEDRO 14/7/2012, house concert en LO OTRO (Madrid) Marta Espinós, piano y comentarios Hay los conciertos ordinarios, y hay los extraordinarios. Las razones que los clasifican así pueden ser muy diversas: el lugar, el momento, la acústica, el público, el programa, y por supuesto, el intérprete y su estado. Para que se produzca la receta mágica, no es absolutamente necesario que todos estos ingredientes sean de primera: a veces, un espacio terrible y un piano infumable pueden ser compensados por una audiencia apasionada. O unas condiciones óptimas de infraestructura pueden ser desaprovechadas por elegir un programa inadecuado. O un virus respiratorio puede estropear con mil toses la más delicada de las músicas, o el pobre Tárrega (Nokia tune) sonar involuntariamente a través de un móvil en el momento menos oportuno. Incluso en el caso de que coincidieran todas estas variables desafortunadas, un estado de inspiración profunda por parte del músico puede hacer olvidarlas por completo. Sin embargo, a veces los ingredientes se mezclan en proporciones idóneas y de repente se cuece ese recital que quedará en la memoria por algún tiempo. Este fue el caso de Las treinta caras del poliedro en LO OTRO. Un espacio impensable y único; una organización conducida por un pianómano infrecuente y detallista; un público expectante y deseoso de escuchar una obra monumental como las Variaciones Goldberg de Bach, ofrecidas por una servidora a quien todas estas variables ayudaron a disfrutar de su ¿trabajo? y por tanto, a hacer disfrutar al que venía a escuchar. Dijo Heráclito que si no esperamos lo inesperado, no lo reconoceremos cuando llegue. LO OTRO era una de esas esperadas experiencias inesperadas que estaba preparada para suceder. Un extracto de la reseña de LO OTRO: Las Goldberg son de esas complejas y sofisticadas obras que exponen de la mejor manera la genialidad de su autor. Son también una bellísima y perfecta urbe que permite a los grandes intérpretes levantar una determinada arquitectura personal. Así lo hizo Marta Espinós. Desde el conocimiento riguroso de la obra, y desde su fina y profunda sensibilidad musical, construyó unas Variaciones inolvidables, ricas en su virtuosismo y tratamiento contrapuntístico, reveladoras de voces internas no siempre evidentes y transmisoras de belleza, orden y equilibrio. (…) La vuelta al origen, el final de las Variaciones, siempre tiene un sentido conmovedor en todas las interpretaciones serias de esta obra. La de Marta Espinós fue sobresaliente y profunda, nos llevó al final del viaje y nos soltó con ese Aria da Capo que no era otro que el principio del resto que está por venir.
Variaciones Goldberg BWV 988, de J. S. Bach