Exigencia artística, su energía desbordante y su pasión desaforada al servicio de la música. (…)
Marta Espinós, que estuvo sensacional, fraseando con gusto y gracilidad, solventando los pasajes virtuosísticos de los movimientos extremos con gran naturalidad, y sobre todo mostrando una energía y expresividad fantásticas. Incluso mostró su gran imaginación y buen conocimiento de la obra en las cadencias improvisadas de los movimientos primero y tercero, introduciendo una fuga, pasajes elaborados sobre los temas principales o algunos momentos juguetones y casi humorísticos.
Codalario (17/2/2017). Por Mario Guada.