Entrevista en El Norte de Castilla, por Victoria Niño (3/10/2012)
Recital Las Treinta Caras del Poliedro_ Museo Nacional de Escultura (4/10/2012, Valladolid)
Su relación con las ‘Variaciones Goldberg’ de Bach dura ya algunos años. A pesar de su juventud, a pesar de ser su instrumento el piano y no el clavicémbalo, Marta Espinós augura que «es un caballo de batalla para toda la vida». De ello dará cuenta hoy en su concierto del Museo Nacional de Escultura. Especialista en el barroco, la pianista alicantina alterna su repertorio clásico con aproximaciones al jazz, a la improvisación y a la colaboración con otras artes.
«Hace tiempo que empecé con esta obra y supongo que me acompañará siempre porque permite un constante crecimiento profesional, personal e incluso diría que espiritual. El concierto permite hacer ese viaje en público».
Escritas para el clave, Bach solo llegó a conocer un prototipo de piano, Espinós sabe que su sonido no es el original. «No es el de la música antigua, para eso hace falta un instrumento de época. Pero al eterno debate de si se debe tocar Bach al piano, yo respondo que sí. Hay unos parámetros que deben respetarse, pero el piano romántico también puede servir. Ofreceré una música, con un instrumento anacrónico, que por su abstracción, está a prueba de bomba, aguanta cualquier instrumento».
Sin llegar a la obsesión de Glenn Gould, la pianista ha escuchado las grabaciones del canadiense. «Las grabó en su juventud en una versión fugaz, rápida, llena de fuerza.
Volvió a grabarlas al final, a modo de despedida. Es como si la obra envolviera su vida, fuera su marco. Me interesa, dentro de su excentricidad, el caso Gould. Creo que hay un antes y un después».
Inquieta y curiosa, Espinós, alumna de Joaquín Achúcarro en Dallas, alterna sus conciertos de clásica con otras músicas. «Los que tenemos una formación clásica padecemos de cierta carencia en improvisación, estamos acostumbrados a leer la música. Hago jazz e improvisación porque es un complemento ideal. Antes o después los músicos tenemos que afrontar esa asignatura, si no, te quedas en un mero canal reproductor. Por otra parte creo que mejora toda clase de interpretaciones».
Tiene un dúo con Xavier Mollà con el que pone música a audiovisuales. «Es una faceta de al música que funciona como una bocanada de aire fresco, varía mi trabajo».
Los tiempos de crisis los capea haciendo un llamamiento al deber de los artistas, «devolver al esperanza a la sociedad, la creencia en que hay belleza en la vida».